Si eres amante de actividades al aire libre y te gusta descubrir rincones increíbles que no aparecen en las guías de viajes, Isla de la Juventud es tu destino.
Si, todavía hay un reducto virgen, alejado del turismo de masas y de la explotación comercial de las grandes cadenas hoteleras, un lugar con playas naturales donde disfrutar de las actividades submarinas y degustar su sabrosa gastronomía.
En la Isla de la Juventud no solo nadarás en sorprendentes arrecifes coralinos, visitaras ancestrales cuevas indígenas decoradas con pinturas rupestres y te bañaras en playas de arena blanca. Sino que además, contemplarás sus atardeceres con mil tonos anaranjados y al anochecer contemplar el cielo iluminado por cientos de estrellas, que te parecerán próximas gracias a la ausencia de polución.
La mitad de la isla es un Parque Natural, La Ciénaga de Lanier. Es una reserva ecológica y refugio de especies de gran interés al que solo se puede acceder solicitando un pase. Las playas son muy bonitas en toda la isla pero las del sur de la isla dentro del Parque Natural son increíbles.
Su autenticidad comparte protagonismos con la humildad de su población alegre y optimista, un paraje atractivo a precios reducidos. La Isla de la Juventud no deja indiferente a todo aquel que la visita, dónde con un poco de suerte puedes encontrar tesoros ocultos de piratas.