Santuario Nuestra Señora Caridad del Cobre

No importa que seamos ateos o que no creamos en milagros, El Cobre es más que el centro de peregrinación más importante de Cuba. La simbología de El Cobre, su inestimable riqueza cultural e histórica o su entorno natural en plena naturaleza de la Sierra Maestra; son motivos más que suficientes para justificar la visita.

El Santuario de El Cobre está situado en un entorno natural en plena Sierra Maestra

Además, el trayecto es relativamente corto desde Santiago de Cuba; de solo media hora a través de una nueva carretera de 23 Km. La basílica realiza diariamente servicios religiosos.

La imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre abraza al niño Jesús y mantiene una cruz con la otra mano. Sus dimensiones son pequeñas si tenemos en cuenta que es la Patrona de Cuba y su relevancia en la isla. Pero suelen ser así las representaciones Marianas, de pequeñas dimensiones. En Cuba se la nombrada “Cachita”, como diminutivo cariñoso de caridad.

La virgen es de pequeñas dimensiones y abraza al niño Jesús.

El acceso a través de su amplia escalinata de 254 peldaños es el preludio de la relevancia que descubriremos en su interior.

El acceso al Santuario tiene una amplia escalera.

A todos nos causa conmoción o asombro la Capilla de los Milagros; en la nave derecha se encuentran todos los objetos o promesas que los creyentes ofrecen a la Virgen para agradecer sus milagros y las curaciones de sus seres queridos. Los objetos son tan diversos como variados fueron las peticiones.

Varios crellentes han aportado sus muletas tras su milagrosa recuperación

Algunos de esos objetos son joyas o cadenas de oro, otros muchos son cartas manuscritas de agradecimiento a la Virgen por escuchar las plegarias. Algunos deportistas olímpicos cubanos han ofrecido aquí sus medallas; los jugadores de beisbol también han ofrecido los bates o pelotas con las que consiguieron un jonrón. Entre los objetos se encuentra la medalla del Novel de Literatura “El viejo y el mar” de Ernest Hemingway.

Los deportistas olímpicos cubanos han ofrecido sus medallas a la virgen

En la visita a El Cobre tendremos la posibilidad de subir a lo alto del cerro Cardenillo para ver el Monumento al Cimarrón. Tendremos que subir por los encrespados escalones que llevan hasta la cima para ver el monumento.

Los encrespados escalones que llevan hasta la cima para ver el monumento

Una obra de arte de casi diez metros de alto elaborada a partir de metales reciclados. La Unesco en 1997 quiso con esta iniciativa dar visibilidad a los esclavos que perdieron su vida en la mina. Los artistas creadores de la obra pretendieron además divulgar la cultura y los valores de aquellos esclavos.

El Monumento al Cimarrón

Es un gran caldero, una olla de hierro que aparenta fundir uno retales de metal de los que crece una figura picassiana en la que se aprecia la cabeza de un caballo que simboliza la fortaleza y en el extremo superior, un brazo extendido con la mano al cielo busca de una aparente salvación divina.

La obra se ha realizado con metal reciclado.

Desde el cerro se aprecia todo el pequeño poblado con la basílica al fondo, es una bonita fotografía para dejar constancia de nuestra visita en las redes sociales. También podremos ver el maravilloso lago azul de 60 metros de profundidad, situado sobre donde lo que un día fue la mina de cobre. El lago se formó de forma natural a partir del año 2000 con el abandono de la explotación minera.

En el lugar donde se encontraba la mina hoy hay un lago de agua azul.

Pero expliquemos un poco de sus orígenes, su historia para comprender mejor la trascendencia y su simbología. Todo empezó por la actividad de la mina de cobre, aunque ya existía desde la época precolombina, la explotación minera a cielo abierto nació a partir de 1530, realmente llego a ser una zona importante y rica para la Corona Española. La primera localidad que nació junto a la mina fue Santiago del Prado en 1599, pero la importancia y relevancia de la mina provoco que se renombrara como El Cobre.

Las duras condiciones de trabajo en la mina provocaron las primeras rebeliones de esclavos en la isla, solamente en 1731 tuvieron lugar seis sublevación o insurrecciones que cada vez hacían más inviable la explotación minera, tanto así que en 1801 la Corona Española reconoció la libertad de los esclavos en El Cobre. Este hecho ocurrió casi un siglo antes de la libertad de esclavos en los campos de caña, (1886).

El Monumento al Cimarrón visto desde el Santuario

Los esclavos que trabajaban en la extracción del mineral trajeron consigo la religión africana yoruba y sus dioses Orishas. La alta mortalidad de los esclavos provocaba que se aferraran con más determinación a sus creencias. Los esclavos eran víctimas de la codicia de los españoles que les imponían el catolicismo a golpe de látigo, y en su único acto de rebeldía, fingían ser católicos y abrazar el catolicismo, mientras que en realidad vinculaban las imágenes católicas con sus Orishas, manteniendo de una forma soterrada su religión.

Los descendientes de aquellos esclavos transmitieron hasta nuestros días esa forma de catolicismo. La religión católica en Cuba ha llegado hasta nuestros días bajo el sincretismo. Así la Virgen de El Cobre es al mismo tiempo Oshun. Como los esclavos veían que los católicos proteger a las mujeres embarazadas con una cinta de raso adornada con la imagen de la Virgen, atribuyeron a su Dios Oshun también atribuciones de fertilidad y amor, fusionando así las creencias de ambas religiones.

En el Santuario se realizan misas todos los días

Desde siglos a la Virgen de la Caridad del Cobre de Cuba se le atribuyen miles de milagros. Un milagro en sí fue su aparición: la encontraron en el mar con las ropas secas tras una tempestad, flotando sobre una tablita en la que se podía leer “Yo soy la Virgen de la Caridad”. En las paredes de la basílica se encuentran colgados los lienzos que narran en imágenes el milagro de la aparición.

Seguro que, durante nuestras vacaciones, algún cubano se brindará amablemente para explicarnos con gran pasión sobre la aparición de la Virgen. Pero nosotros queremos narrar aquí desde un poco antes; con la llegada del capitán que fundó la aldea.

Fachada principal de la Basílica

En el Archivo de Indias de Sevilla consta que el día 3 de mayo de 1597, el Rey Felipe II entregó un mandato al capitán de artillería Francisco Sánchez de Moya, para viajar a Cuba y defender de los piratas la mina de la Sierra del Cobre. En el archivo se cita que entre las pertenecías del capitán se encontraba una talla, una imagen, de la Virgen de la Caridad que había encargado a un artesano de Toledo.

El capitán era natural de Illescas, donde también la Virgen de la Caridad es Patrona en la Ciudad y dónde existe hoy una basílica en honor de la Virgen. El capitán como buen creyente, quería llevar consigo la Virgen de su pueblo. Don Francisco fundó Santiago del Prado y en 1605, construyó una ermita para la Virgen de la Caridad Señora Madre de Dios de IIIescas. Aquella primera ermita era pequeña y muy sencilla, tenía el techo de tejas y las columnas de madera. Fue construida cerca de la mina, junto los barracones de los soldados blancos y los bohíos de los esclavos.

Imagen del poblado de El Cobre desde el monumento Cimarrón

El milagro de la aparición de aquella segunda Virgen de la Caridad ocurrió paralelamente y poco tiempo después de la llegada del capitán. Dos hermanos indios y un niño esclavo de color encontraron una segunda Virgen con la piel más morena en el norte de la isla. Muchos años después aquel niño esclavo de color, cuando era un anciano de 85 años nos desveló el secreto en una declaración jurada y ante notario: narró lo que vivió con diez años de edad junto a los dos compañeros ya fallecidos. Los tres iban en una canoa cruzando la Bahía Nipe para recoger sal en la costa, cuando fueron sorprendidos por una gran tormenta, que les obligo a refugiarse durante tres días. Tras la tormenta, reiniciaron la navegación por la bahía y descubrieron flotando sobre una tabla la Virgen de piel mulata; la Virgen tenía las vestiduras completamente secas a pesar de la reciente tormenta.

En las paredes de la basílica unos lienzos narran el milagro de la aparición

Los tres muchachos, aunque jóvenes comprendieron del hecho milagroso que habían vivido por lo que decidieron llevar a la Virgen a su aldea de Barajagua, donde también había minas de cobre. Allí el administrador de la mina del Cobre, al conocer del milagro, envió un hombre para informar al administrador Real de las Minas, Don Francisco Sánchez de Moya, quien, asombrado del milagroso suceso, ordenó hacer un altar y mandó una lámpara de cobre para mantener siempre iluminara a la rescatada Virgen.

Lienzo en la Basílica con los tres muchacho que rescataron a la Virgen

Los esclavos construyeron un sencillo altar para la Virgen; con techo de guano, que adornaron con flores y hojas de plátano, rodeado el recinto con una cerca de tablas. Pero después unos pocos días, mientras visitaban a la Virgen por las noches para revisar su iluminación, observaron que la Virgen había desaparecido de su altar en varias ocasiones. Pero a la mañana siguiente la Virgen había regresado a su lugar milagrosamente. Pero regresaba con su manto empapado en agua, a diferencia de cuando la habían encontrado. Nadie daba con la explicación, pero pronto comprendieron que la Virgen quería ser trasladada, y así lo comunicaron al administrador Real de las Minas.

Don Francisco, incrédulo, en un inicio atribuyó las desapariciones nocturnas de la Virgen a las supersticiones de los indios y los negros. Pero ante la posibilidad del hecho milagroso, envió una comitiva para hacer un riguroso reconocimiento a la imagen y ante la posible evidencia, llevar a la Virgen en procesión hasta el templo franciscano del poblado de Santiago del Prado, no tuvo en cuentas que allí ya se encontraba la Virgen de Illescas. La comitiva fue salvaguardada por la infantería Real de las Minas y encabezada por un padre del convento de San Francisco en Santiago de Cuba. Cuando llegaron a Santiago del Prado pusieron a la Virgen en la capilla del Hospital de los esclavos y pobres de la mina.

Se están realizando estudios en otros puntos para reabrir la mina.

Pero a pesar de esta peregrinación las desapariciones de la Virgen persistían. En una de aquellas desapariciones, una niña encontró a la Virgen sobre unas peñas en el cerro de la mina. El párroco realizó misas y rezos para conocer su voluntad de la Virgen. Tras finalizar las misas, durante tres noches se vieron tres luces consecutivas, que como cometas subían desde el cerro de la mina a lo más alto del cielo. Todos dedujeron que la voluntad de la Virgen era estar en la Ermita donde se encontraba la Virgen de la Caridad de IIIescas. Así que hasta allí la llevaron.

La devoción por la Virgen fue creciendo entre los más desvalidos, pero durante una época de ciclones entre 1630 y 1640 quedaron destruidas la ermita y la casa de fundición. La nueva ermita se construyó cerca de donde se había aparecido la Virgen a la niña. La nueva ermita se inauguró con la Virgen de la Caridad encontrado años antes por los esclavos, durante el festejo los esclavos realizaron danzas alegres de origen africano y tocaron los tambores para acoger a la virgen. A partir de entonces la Virgen de la Caridad del Cobre se había convertido en la patrona de los cobreros.

Lienzo en la basílica que muestra la aparición de la Virgen a una niña sobre el cerro de la mina.

Desde ese momento ya no fue necesario realizar una labor evangelizadora, los esclavos y los indios consideraban propia aquella Virgen de la Caridad de piel morena encontrada en la bahía de Nipe.

Al poco tiempo fue remplazado Don Francisco como Administrador de las Reales Minas quien regreso a su pueblo en España. No se sabe bien que pasó con la Virgen de IIIescas, porque en el inventario del relevo del Administrador de las Minas de 1648 ya no constaba la Virgen de la Caridad de IIIescas. Pero muy posiblemente, como todos imaginamos, Don Francisco regreso llevando consigo su talla.

El nuevo edificio es de estilo Ecléctico

En realidad, no quedan documentos que nos desvelen si existieron allí una o dos vírgenes al mismo tiempo. Algunos piensan que la aparición de la Virgen la Caridad de piel morena en la bahía Nipe fue una intriga, ideada para infundir el catolicismo o para contribuir al desarrollo y organización de los trabajos mineros. Lo cierto es que tanto los indios como los esclavos identificaron a la Virgen como protectora y la consideraron suya, se eliminó los intereses contrarios y se logró que negros, indios y españoles adoraran la imagen mariana.

En cualquier caso, la misteriosa historia esta repleta de secretos y adornos románticos, pero nuestra visita será una buena oportunidad para profundizar un poco más en la cultura cubana.

El maravilloso entorno natural de Sierra Maestra

Con los años creció la devoción por la Virgen y crecieron sus milagros, los feligreses llegaban desde cualquier lugar de la isla. Entre 1670 y 1679, gracias a la gran riqueza que generaban las minas y sobre todo a las limosnas de los devotos; se construyó una nueva ermita sobre la loma del cerro de la mina, exactamente donde la niña había visto a la Virgen. Fue una gran edificación, de dos campanarios y con un gran altar de plata, desde su techo colgaba una gran lámpara labrada de plata de 68 kilos de peso.

La pequeñas dimensiones de la Patrona de Cuba comparada con su relevancia en la isla.

Los milagros llegaron a ser tan numerosos que hizo necesario que en 1703 el Padre Onofre de la ermita, escribiera una obra para explicar el hallazgo y el resto de milagros de la Virgen. La obra ayudó a difundir y acrecentar aún más la pasión por la Virgen de la Caridad del Cobre.

Lamentablemente el terremoto de 1766 derrumbo parte de aquel templo, pero gracias a las muchas limosnas de los devotos se reparó y se construyó una Basílica aún más grande, con tres altares.

La nueva Basílica se construyo con tres naves, con tres altares.

Pero la Ermita se desplomó en l906, porque la actividad minera de la compañía americana Copper Mines había desarrollado y ampliado la mina con galerías soterradas bajo la Ermita. Aquellas ampliaciones provocaron el triste desastre. La compañía minera solo indemnizó los daños con 75.000 pesos. La imagen de la virgen se trasladó a la iglesia de Santiago del Prado. Pero los años pasaban sin poder reconstruir la Ermita ante la paupérrima indemnización de la compañía miera.

Hasta que, en 1925, el nuevo arzobispo en la diócesis de Santiago de Cuba de origen vasco, Don Valentín Zubizarreta, solicito fondos y realizó colectas para iniciar las obras. La nueva ermita se construyó sobre la colina de Maboa, alejada de la actividad minera y desde donde se domina el paisaje. Se inauguró el 8 de septiembre de 1927, día en el que se celebra la festividad de la Patrona de Cuba. El nuevo santuario, de estilo ecléctico, con estructura de tres naves mantiene una fachada simétrica con sus dos torres campanarios. La nave central de mayor tamaño aloja el altar de mármol cubierto por una gran cúpula.

Vista general del interior de la Basílica

Muchos Papas han realizado actos en relación a la Virgen; el Papa Pablo VI en 1907 proclamó la Ermita como Santuario. El Papa Benedicto XV consagró a la Virgen del Cobre Patrona de Cuba; en 1977 el Papa Pablo VI la proclamó Basílica Menor. Los tres últimos Papas han llegado incluso a visitar la Virgen de la Caridad del Cobre. En 1998 Juan Pablo II realizo una misa y le entregó su manto bordado de oro y labrado con piedras. Benedicto XVI depositó la Rosa de Oro de la Cristiandad durante la ceremonia. El actual Papa Francisco también realizo una misa y puso a los pies de la Virgen un ramo de flores de plata.

Como vemos, si la visita de El Cobre es digna de un Papa también nosotros disfrutaremos con ella.