¿Qué no debo dejar de visitar?

La Habana se visita a través de sus plazas que componen la ciudad, donde la cultura y arquitectura están presentes. Si hay que visitar entre otras; la Plaza Vieja, la Plaza de Armas y  la Plaza de la Catedral. Pero además, aquí  te explicamos aspectos desconocidos de estos lugares emblemáticos y te mostramos otros rincones que aparecen en pocas guías y de los que no hablan las agencias de viajes.

La Plaza vieja y el Café Escorial

El Café Escorial de la Plaza Vieja

La Plaza Vieja se creo en 1559 como plaza de mercado para alejar a los comerciantes de las misas. Por este motivo es la única plaza de la ciudad que no está asociada a un templo religioso. Pero lo relevante de la plaza es la restauración que han tenido sus edificios desde 1995. Cada edificio muestra una foto del edificio antes de la restauración. Los edificios pertenecían a personajes influyentes de la época colonial como marqueses y duques.

Maquina de tostar Café

Entre los edificios peculiares se encuentra la casa de la familia Franchi Alfaro, en la que desde 1913 el Café Escorial ocupa la planta baja, donde tomar un café se convierte en una experiencia sin precedentes para quienes así lo aprecian. Porque mientras se esta degustando un café se puede contemplar el proceso de tostado tradicional por una vieja maquina. El intenso olor a café en todo el local sufre un efecto multiplicador en intensidad; todo se inunda del aroma del café cubano. En un rincón cerca de la maquina tostadora siempre hay unos cuantos sacos apilados esperando ser tostados. No debemos dejar pasar la oportunidad de comprar allí mismo una bolsita de café recién tostado.

La Casa de Obra Pía

Escudo familiar en la casa Obra Pía

En La Habana Vieja, en la calle Obra Pía nº 158. La Casa de la Obra Pía de 1648 es representativa de la arquitectura colonial, de influencia andaluza y con elementos barrocos. El pórtico con el escudo familiar es único en la ciudad. Debe su nombre a la obra benéfica que realizaba su propietario Martín Calvo de la Puerta, quien ofrecía anualmente una dote a cinco jóvenes huérfanas para poder casarse y formar una familia.

Frescos murales

A finales de la década del 60 se descubrieron pinturas murales en sus paredes, es la primera casa colonial decorada con este tipo de arte. Entre 1981 y 1983 se restauró totalmente esta antigua y más bellas casonas coloniales del Centro Histórico de La Habana, dando lugar en la actualidad a un museo, que muestra muebles coloniales y piezas de porcelana francesas.

El Casino Español, Palacio de Matrimonios

El Palacio de los Matrimonios está situado en el Paseo de Prado. Edificio inspirado en el estilo plateresco es otra de las joya arquitectónica cubanas de finales del siglo XIX. Destacar su vestíbulo con su gran escalera de mármol de carrara. Hoy es el lugar dónde se celebran las bodas civiles, pero en su día fue el Casino Español.

El Casino Español fue fundado en 11 de junio de 1869 por un grupo españoles y de cubanos descendientes de españoles, personas influyentes y con gran poder adquisitivo.  Desde el principio fue la institución más selecta y funciono como tal hasta poco después del estallido de la revolución.

Con la revolución fue el edificio de la Casa de Cultura y después sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de Artes y Espectáculos. Desde 1966 el inmueble fue habilitado para Palacio de los Matrimonios. No esta abierto al publico y solo es posible visitar el edificio si podemos de asistir como invitados de una de las bodas que allí se celebran. Naturalmente no nos dejarán entrar en pantalón corto, camisetas sin mangas o en chanclas.

Pero queremos destacar el lugar además de por su origen histórico,  porque este fue el lugar donde tuvo lugar el velatorio del cadáver de Benny Moré, El Benny, autodidacta compositor, cantante y director de orquesta.

La Bodeguita de en Medio

El aspecto de la fachada de La Bodeguita del Medio

Esta situado en el número 207 de la calle empedrado, junto a la catedral. No es el lugar donde preparan el mejor mojito, pero si el más famoso: Ha sido este local quien a dado a conocer a todo el mundo el mojito cubano. En realidad los mojitos son flojos y caros, el 100% de la clientela son turistas, pero La Bodeguita del Medio es parada obligada en todas las rutas guiadas. Las paredes, que en un inicio estuvieron repletas de autógrafos de famosas estrellas de los años 50 que en aquellos años frecuentaron su barra, hoy son de uso indiscriminado de cualquier turista.

Nada escapa al uso abusivo del rotulador  de los turistas.

Pero el lugar está tan masificado y ha degenerado tanto que ahora incluso brindan rotuladores a los turista para que dejen un escrito en las paredes exteriores de la fachadas cercanas.  La típica foto con la bodeguita de fondo es casi obligatoria, pero la desaconsejamos.

El local abrió sus puertas en 1942, su fundador fue Ángel Martínez, un cubano nacido en la ciudad de Villa Clara. Aunque inicialmente se inauguro como una simple bodega o tienda de comestibles, se hizo popular en aquel entonces por su ricas comidas por lo que en 1950, Ángel Martínez, cambio el negocio a restaurante y adoptando el nombre por el que todos sus clientes conocían el local, le puso La bodeguita de en medio. Popularmente le llamaban así porque las bodegas de la época se encontraban siempre en las esquinas de las calles, era una forma fácil de ser localizadas por los clientes, y su localización en mitad de una calle la diferenciaba de las demás. Con la llegada de la revolución el local fue nacionalizado en 1968.

En el interior hay un restaurante de comida típica criolla

Hoy día el establecimiento que da a la calle tiene apenas unos pocos metros y uno se asombra al ver que muchos turistas deben permanecer en la calle durante su visita obligada. Pero en realidad hay un pasillo lateral que da paso a un par salas o cuartos donde sirven comidas. Se pueden degustar comidas criollas. Siempre con música en vivo para amenizar la visita de los turistas. El lugar todavía intenta conservar el ambiente bohemio con el que lo conoció Hemingway.

Todos intentan escribir por sus paredes sin espacio. Aunque muchos piensan que fue el mismo Hemingway quien inicio esta tradición al escribir en una pared su famosa frase “Mi mojito en la Bodeguita y mi daiquiri en el Floridita”, en realidad no fue él el primero sino el poeta cubano Nicolás Guillén.

El edificio Focsa

Torre del edificio Focsa

Es un edificio emblemático de 1956 que se puede contemplar desde muchos lugares de La Habana, símbolo de la arquitectura cubana. Está situado muy próximo al Malecón habanero, concretamente en la manzana que comprendería las calles 17, 19 y calles M, N. En un edificio en forma de “Y” de 33 plantas y 121 metros de altura, construido en hormigón armado. Aunque fue construido por una empresa norteamericana fueron el arquitecto Ernesto Gómez y el ingeniero Luis Sáez, ambos cubanos, quienes dirigieron y finalizaron la obra. El edificio fue diseñado para albergar los estudios de televisión CMQ y los 373 apartamentos irían destinados a los empleados de este canal de televisión. En la actualidad los estudios de televisión del edificio albergan el canal cubano Radio Centro y CDR.

vistas desde el Reastaurante de la Torre del Edf. Focsa

Recomendamos subir al restaurante de la torre, se puede ir a comer o simplemente tomar una copa en el bar. La mejor hora para realizar la visita es por la tarde, se puede contemplar una vista panorámica de toda La Habana y permanecer hasta la puesta de sol, suelen ser mágicas.

En su momento el edificio fue el tercer edificio del mundo más alto construido en hormigón. El segundo era otro edificio también en la ciudad de La Habana, que hoy alberga al Hotel Habana Libre. Podemos hacernos una idea del poderío de la capital cubana en los años cincuenta.

Al igual que existen las las 7 maravillas del mundo, en Cuba, que es un mundo aparte, también hacen una valoración de maravillas de Cuba: la Unión Nacional de Arquitectos e ingenieros de la construcción, ha considerado que este edificio es una de las siete maravillas arquitectónicas de la ingeniería cubana.

Gran Teatro de La Habana

El Gran Teatro de La Habana

Recorrer el Gran Teatro de La Habana es adentrarse en lo más profundo de la cultura cubana Este edificio es una de las joyas arquitectónicas de Cuba. Todavía funciona como teatro, el Teatro Alicia Alonso, artista de renombre internacional y fundadora del Ballet Nacional de Cuba. Construido a finales del siglo XVIII, acaban de finalizar en 2016 las recientes obras de reparación de su fachada e interiores. Posee 90 palcos y tiene capacidad para 2 000 espectadores.

Cupula del Gran Teatro de la Habana

Ya desde sus inicios, con el nombre de Teatro Tacón, fue punto de encuentro de la sociedad habanera de la época. Fue uno de los mayores teatros del continente americano. Por sus cualidades técnicas fue el tercero del orbe, después de la Scala de Milán y el de la ópera de Viena. Por su escenario desfilaron grandes figuras de la ópera y el ballet, y más recientemente Enrico Caruso, Anna Pavlova, Carmen Amaya y Antonio Gades,  entre otros artistas.

La gran altura permite el gran numero de palcos

Como anécdotas históricas y peculiaridades del edificio debemos explicar que fue aquí donde por primera vez se mostro un teléfono. Y así se demuestra en una sentencia de 1886 la Corte Suprema de Estados Unidos, quien determina que el teléfono había sido inventado en el Gran Teatro de La Habana.  En esa atmósfera de gran arte, llama la atención del visitante dos placas en distintos lugares del teatro que recuerdan que fue allí donde por primera vez dos personas pudieron establecer una conversación telefónica: el dueño del teatro Francisco Marty y el tramoyista italiano Antonio Meucci. Eso ocurrió en 1849, pero el invento del mecánico teatral fue opacado por la celebridad que cobró el norteamericano Graham Bell, al que muchos le tienen todavía como el verdadero inventor. Al fin, en 1886 la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció la precedencia de Meucci sobre Bell y admitió que el teléfono había sido inventado en el Gran Teatro de La Habana, y que fue en el Gran Teatro Tacón donde funcionaron los primeros cuatro teléfonos. Es posible realizar una interesante visita guiada por tan solo 4 dólares en la que le explicarán que fue allí donde se tocó por primera vez la marcha del Himno Gallego.

Vestíbulo del teatro

Porque en 1906, la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia compró el teatro primigenio y la manzana entera y construyeron  el edificio actual, de estilo renacentista con elementos barrocos. Llegando a ser la sede del Centro Gallego de La Habana y sus fiestas suntuosas eran las preferidas de toda la burguesía de la época.

Monumental fachada del Gran Teatro de La Habana

Sus fachadas decoradas con esculturas tienen en lo alto, cuatro grupos escultóricos de mármol blanco. Son piezas del escultor italiano Giuseppe Moretti, son alegorías que representan la beneficencia, la educación, la música y el teatro. Pero no solo en las fachadas hay evidencias de exquisitez del Gran Teatro de La Habana. Sus interiores muestran igualmente el lujo y la elegancia de la época. La sala principal llamada Federico García Lorca  es sede del Ballet Nacional de Cuba. Desde 1960, el Gran Teatro de La Habana es principal escenario del Festival Internacional de Ballet de La Habana, prestigioso encuentro al que asisten bailarines de todos los continentes como del Royal Ballet de Londres, de la Scala de Milán, el New York City Ballet y del Gran Teatro Colón de Argentina, entre otras grandes compañías de danza. En esta web podrás ver la programación del Ballet Nacional de Cuba:  http://www.balletcuba.cult.cu/es

La Esquina Caliente

Frente al Gran teatro de la Habana esta el parque central, paseando entre las palmeras, podrá descubrir el lugar peculiar del parque que describimos en este punto; “La esquina caliente” no le será muy difícil reconocer el lugar si su visita es entre noviembre y junio debido al bullicio y criterio. La localización exacta puede variar en función de la hora del día y de donde recaiga la sombra de los arboles, son uno o dos bancos del parque donde los aficionados apasionados del deporte nacional y entendidos del beisbol no pueden dejar de asistir y donde discuten durante horas de la temporada de beisbol. La temporada se inicia en noviembre y finaliza en junio.

Museo de Orfebrería

El edificio del museo está relacionada con el inicio de este oficio en Cuba porque era la casa colonial en el que se encuentra era la  residencia y taller del platero Gregorio Tabares en 1707.

Aunque en 1996 se fundo aquí la Sala de Platería del Museo de la Ciudad, durante los últimos tres años ha estado cerrada al público por motivo de rehabilitación del edificio y por la recuperación y restauración de la pintura mural original de sus paredes.

Finalmente se a abierto al publico nuevamente en 2017, con muchas más obras. Todas ellas nos muestran el auge del arte de la orfebrería en Cuba cuando era la puerta del nuevo mundo.

Aunque el museo tiene muchas piezas del siglo XVIII y otras también de siglos anteriores, la mayoría son del siglo XIX. Pero en todas ellas encontramos una gran ornamentación y acabados que cuidan el más pequeños detalle. Hay una gran cantidad de joyas y un mayor número de utensilios domestico que decoraban los salones, escritorios, baños y demás dependencia de las residencias de la clase alta habanera. Todo ello, muestra el derroche por el buen gusto y el los refinamiento de las clase alta habanera de la época. El museo además cuenta con objetos de temática religiosa y una sección de Numismática, colecciones de monedas en palta y en oro.

La mayoría de las piezas del museo son donaciones de familias de La Habana. También hay algún objeto donado por Fidel Castro antes de fallecer, son algunos de los regalos en metates preciosos que los mandatarios de otros países habían hecho a Fidel.

El museo además está orientado al futuro porque cuanta con un espacio para la orfebrería cubana contemporánea, gracias a la colaboración con la Asociación Cubana de Artesanos Artistas.

Abre todos los días desde las 9:30 a las 18:30 y la entrada es gratuita. Situado a pocos metros de la Plaza de Armas, C/ Obispo, 113. Tel. (07) 863 9861

El Malecón

Atardecer en el Malecón de La Habana

Construido en 1902, el malecón de La Habana es símbolo emblemático de La Habana donde las puestas de sol son espectaculares. El Malecón muestra una sucesión de contrastes, casas coloniales del barrio de La Habana Vieja con altos edificios y los palacetes de El Vedado.

El malecón siempre esta habitado, incluso en las horas de más sol por  los jóvenes aprovechan para darse un chapuzón saltando desde el muro. Es por excelencia un lugar carismático para los habaneros,  lazo de conexión con el mar. Es el lugar dónde reflexionar con la mirada perdida en el horizonte. El lugar dónde conversan  los enamorados, donde se reúnen los amigos para disfrutar de la brisa marina sentados en su muro.

En las noches calurosas, después de la cena, todos van  a coger un aire antes de dormir. Y aparecen vendedores de maní, frituras y dulces. Y también músicos callejeros, algunos son grandes voces que cantan a cambio de algún dólar según la petición de los enamorados y turistas.

Todos se llegan hasta el Malecón cuando se pone el sol.

Y así, sentados en el muro con la brisa marina, viendo la gente pasar y disfrutando de la canción del verano interpretada por los músicos callejeros, con un cucurucho de maní se pasa el rato hasta que llega la hora de ir a dormir sin calor.

El Florida

Restaurante Floridita

En este local de la calle Obispo se puede tomar el daiquiri preparado a la forma que le gustaba Hemingway. El local fue inaugurado en 1817 con el nombre de “La piña de plata”. Y por allí pasaron famosos del mundo de la música, de la política y del cine como Gary Coopeer o Ava Gadner entre otros muchos personajes. Pero fue Ernest Hemingway, quien tas su estancia de casi 20 años en Cuba, hizo famoso a este local por su frase famosa “Mi daiquiri en el floridita y mi mojito en la bodeguita de en medio”.

Estaua en bronce de Ernest Hemingway en la barra del Floridita

Es el local donde preparan el mejor daiquiri. Un coctel a base de ron blanco, limón, azúcar y hielo frappé. Hemingway tomaba una variante de este coctel y que hoy día en el restaurante lleva su nombre “Papa Hemingway”  que tiene como diferencia que no lleva azúcar y por el contrario tiene jugo de toronja y marrasquino y una cantidad mayor de ron, y se le mantiene el zumo de limón. En un extremo de la barra tendremos la oportunidad de fotografiarnos  con Hemingway, una figura en bronce recuerda su rincón en la barra.

Siempre hay música en vivo en el local y dispone en su interior de un salón donde se sirven comidas.

El Cristo de La Habana

Por su altura de 20 metros y por la situación, sobre la loma de La Cabaña a 50 metros sobre el mar, hacen que todas las miradas se dirijan hacia él. El Cristo da la bendición con la mano derecha a todos los barcos que entran al puerto y los recibe con la otra mano a la altura del corazón.

El Cristo se ve desde la distancia

Está construido en mármol blanco, de Carrara, uno de los mármoles italianos, más apreciados por su blancura. La escultora, Jilma Madera, viajo hasta la cantera en Italia para esculpir una a una las 67 piezas de 320 toneladas,  que se trasladaron en barco para conformar la figura del cristo en 1958. Los rasgos faciales del cristo son los propios de la raza negra, y el calzado que utiliza parecen sandalias.

Si se quiere realizar la excursión de 25 minutos en coches, para ir a visitar al Cristo, es conveniente llegar de día, pues es muy escasa la iluminación artificial de la zona, además de día se puede contemplar toda la cuidad, porque tampoco las luces de poca intensidad que tiene la ciudad permiten apreciar gran cosa llegada la noche.  Es un poco triste que no se pueda contar ni tal solo con un pequeño bar en la zona donde sentarse a tomar una bebida al contemplar la vista.