Baracoa

Baracoa en la lengua indígena de los indios Tainos significa “existencia de mar”, así la nombraban por los numerosos ríos, arroyos, humedales y cascadas.

Bahía de Taco en el Parque Natural Alejandro de Humboldt

Baracoa se encuentra rodeada de parques naturales boscosos, en los que contrastan la vegetación tropical y bosques de densos pinos. Sus paisajes unifican el azul intenso del mar con el verde profundo de la generosa selva.

El mar se funde con la selva tropical

Y así se ha mantenido por el difícil acceso terrestre; desde siempre había sido más accesible por mar que por carretera, puesto que hasta 1964 no se llegó finalizar la construcción del viaducto de La Farola que atraviesa las montañas. Baracoa permaneció mítica en esencia, conservando durante tiempo sus paisajes salvajes de inmensa naturaleza, refugio de la biodiversidad cubana.

La flora de Baracoa

Todos nos sentimos atraídos por su plenitud y vitalidad natural, cautivados por su poder seductor tras contemplar los esplendorosos paisajes, un auténtico paraíso exuberante natural con el que nadie queda indiferente.

Podemos acceder a Baracoa por avión, pero si decidimos llegar a Baracoa a través del viaducto La Farola descubriremos como todo el paisaje empieza a cambiar cuando la carretera se aleja de la costa y se adentra en la Sierra del Purial; la flora se vuelve más abundante, los helechos alfombran los suelos y el cielo se adorna de palmas y cocoteros. Conforme nos adentramos entre los valles encontramos árboles de maderas preciosas. Si prestamos atención podremos escuchar el canto del tocororo y el picar del Carpintero Verde sobre los troncos de los árboles, estamos llegando a Baracoa.

Tocororo, es considerada el ave nacional de Cuba porque en el color de su plumaje se identifican los colores de la bandera cubana

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