El Castillo de San Pedro de la Roca

A la derecha de la estrecha entrada de la bahía de Santiago, sobre las lomas se alza el Castillo de San Pedro de la Roca, también conocido cono el Castillo del Morro. A solo a 10 km de Santiago, la impresionante fortaleza arquitectónica de ingeniería militar,  fue declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad en 1997 por su gran valor histórico. Fue construido en 1643, aunque en las décadas posteriores se amplió para proteger de los ataques de los piratas. Desplegándose en sucesivas terrazas sobre el mar que combinan formas geométricas simétricas.

El Castillo del Morro fue desplegándose en sucesivas construcciones en nuevas terrazas al mar

Es la fortaleza más completa y mejor conservada de la arquitectura militar del siglo XVII. Desde allí hay unas increíbles vistas sobre la bahía. Si realizamos la visita al atardecer tendremos la oportunidad de fotografía la puesta de sol sobre la costa Oeste.

Al atardecer el horizonte toma multitud de tonalidades

La fortaleza fue testigo la batalla naval de la armada americana contra la anticuada escuadra española del almirante Cervera, que fue hundida por completo el 3 de julio de 1898. Derrota que marcó el final del imperio español y dio la escusa a la intervención norteamericana. Todavía se pueden ver a pocos kilómetros del castillo por la carretera de la costa dirección Oeste, se puede ver los restos del buque de la armada española el acorazado Almirante Oquendo, desde la playa de Juan González podremos ver todavía su torreta con sus cañones que sobresalen del agua.

torreta y sus cañones del acorazado Almirante Oquendo

En el interior del edificio principal, un mapa en relieve, recrea la historia de los combates navales.

Transportadora de proyectiles a los cañones

En otra sala, se encuentra el Museo de la Piratería en el que se puede contemplar trabucos y un gran número de alfanjes, sables cortos y curvos, y objetos históricos y documentos de la época, una época en la que el Caribe estaba infectado de Corsarios y Bucaneros.

A la puesta de sol podremos disfrutar de la ceremonia, un ritual patriótico protagonizado por jóvenes a la usanza de los mambises, los cubanos que en el siglo XIX enfrentaron a las tropas dominantes en las gestas por la independencia.

Para finalizar la excursión y refrescarnos del sudor por haber recorrido el Castillo; aconsejamos darnos un baño en la playa de La Estrella, se encuentra  escondida tras el Castillo del Morro. A solo a dos minutos del Castillo del Morro, se accede con solo bajar por la carretera turística, es la carretera que encontramos al salir del parquin del Castillo del Morro. Junto a la playa encontramos a Fortaleza La Estrella otra fortaleza militar construida en 1664, que protegían la entrada de la bahía. Declarada Monumento Nacional en 1979.

Entrada al Castillo del Morro

La Estrella es una pequeña playa  poco profunda, con poco oleaje, de arena blanca y aguas cristalinas. Esta situada en la primera ensenada de la bahía santiaguera. El agua es de alta salinidad y la gran temperatura se compensan con la brisa refrescante. Tumbados en la arena podremos observar como la marea de la bahía hace descender y ascender el nivel de la playa.

Es una playa con mucha vida, bajo la arena abundan los crustáceos y otros pequeños animales. Y solamente suele ser visitada por los cubanos de los barrios cercanos, como son Ciudamar, Altamira o Trocha.

Cañones de defensa

Con respecto a la flora del lugar podremos encontrar la Uva de Caleta o Uva de Playa. Es un arbusto leñoso, de tamaño medio, que da fruto al final del verano. Son unos racimos pequeños, como uvas de color morado con una semilla grande. Las podemos comer  con tan solo lavarlas un poco en la playa: son refrescantes, jugosas, dulces y con buen olor. Los frutos tienen un efecto astringente, es decir que  estriñen como las manzanas y también ayuda a bajar la fiebre. Los cubanos las utilizan para hacer mermelada o jugo. Y hacen infusión con el tallo o las raíces para problemas intestinales. Y también encontraremos otro arbusto el framboyán amarillo, recibe ese nombre porque durante los meses de mayo a julio se cubre de unas flores amarillas y olorosas.

Isla en el interior de la bahía, Cayo Granma

Por último, para finalizar la excursión desaconsejamos la visita al Cayo Granma. Ese pequeño islote en la entrada de la bahía que seguro hemos visto desde el Castillo. Hay que hacer un recorrido en una pequeña lancha de poca capacidad y mínima seguridad. Perderemos mucho tiempo entre al esperar la lancha. Allí viven unas pocas familias en unas curiosas casas típicas y que se dedican a la pesca. Se han abierto algunos paladares que ofrecen pescado. No hay playas de arena, sino d tierra. Y una vez allí solo podremos recorrer, en 30 minutos, la única calle que recorre el perímetro de la isla. En la única loma de la isla esta la pequeña iglesia de San Rafael.

Pequeña iglesia de San Rafael.